Frase

Conoce el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en México.


Cada año millones de personas acuden a rezar a María, la Madre "que nos lleva en su regazo", Ella también nos dice hoy: "No se perturbe tu corazón, no temas".

lunes, 21 de septiembre de 2015

- Oran en Guadalupe para crecer en la Fe

…”la fe tiene repercusiones y proyecciones claras en la vida personal, familiar, la escuela, la sociedad, el trabajo, la economía, la política, en los medios de comunicación, pero tendrá fruto en la medida que esa fe nazca del encuentro con Jesús y de seguir el ejemplo de María.
Señaló que la verdadera devoción a Santa María es sentir su protección pero sobre todo, imitarla; aceptar a Jesús en la mente y el corazón, como ella lo aceptó antes de tenerlo en su vientre. “Por eso la Virgen María es la persona más santa, más grande, porque fue la persona más cercana a Jesús”… por ser aquella que escucha la Palabra, la guarda en su corazón de tal manera que da frutos en la vida.
“¿Cómo guardaría María la Palabra de Dios en su corazón? Con una fe vívida, sostenida hasta el pie de la cruz”.

LA DIÓCESIS DE LÁZARO CÁRDENAS ORA PARA CRECER EN LA FE
Venidos desde la costa de Michoacán, a más de 500 kilómetros de distancia, pasando por Morelia y Uruapan, los peregrinos y sacerdotes de la Diócesis de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, oraron ante Santa María de Guadalupe para crecer en una fe más valiente, creativa y fiel, ante los desafíos actuales, y encomendaron a quienes sufren la violencia y a los gobernantes.
Mons. Armando Antonio Ortíz Aguirre, Obispo de Lázaro Cárdenas, destacó que la fe no es un conjunto de dogmas o doctrinas que hay que aceptar ciegamente; no es un únicamente un conjunto de mandamientos que hay que cumplir para que nos vaya bien, para que Dios no nos castigue; la fe es aceptar a la persona de Jesús, abrir nuestra mente y nuestro corazón para creerle, escucharlo y seguir sus caminos, “cueste lo que cueste”.
Abundó que la fe tiene repercusiones y proyecciones claras en la vida personal, familiar, la escuela, la sociedad, el trabajo, la economía, la política, en los medios de comunicación, pero tendrá fruto en la medida que esa fe nazca del encuentro con Jesús y de seguir el ejemplo de María.
Señaló que la verdadera devoción a Santa María es sentir su protección pero sobre todo, imitarla; aceptar a Jesús en la mente y el corazón, como ella lo aceptó antes de tenerlo en su vientre. “Por eso es la persona más santa, más grande, porque fue la persona más cercana a Jesús”, y no por ser la madre física, sino por ser aquella que escucha la Palabra, la guarda en su corazón de tal manera que da frutos en la vida.
“¿Cómo guardaría María la Palabra de Dios en su corazón? Con una fe vívida, sostenida hasta el pie de la cruz”, aseguró. Y resaltó que vinieron al Tepeyac para decirle a la Virgen: “Dichosa tú porque escuchas la Palabra de Dios”, y porque quieren crecer en la fe, vivir de una manera nueva su catolicismo, el cual como lo han vivido “nuestros padres, nuestros abuelos, y lo vivimos todavía”, ha dado para mucho, pero ante los desafíos de los nuevos tiempos “nuestra fe y nuestro catolicismo” tienen que vivirse de ma­nera más valiente, más creativa, más constante y más fiel.
En ese sentido Mons. Ortíz encomendó sus trabajos pastorales, la formación de los sacerdotes y los seminaristas; a los consagrados y consagradas en este año dedicado a ellos; a las familias, los niños, los adolescentes, los jóvenes, a los matrimonios, para que crezcan en su amor y en el amor a Dios, de tal manera que su vida y su entorno se transformen. “Que crezcamos en la fe que hemos recibido. Que crezcamos en el amor a tu Hijo y en el amor entre nosotros”, finalizó.

En la Oración Universal la asamblea oró porque María sea consuelo para los que sufren y esperanza para los que se sienten decaídos; porque los fieles den un claro testimonio de fe cristia­na; por la paz en Michoacán y Guerrero; por quienes han sido víctimas de la violencia; por quienes violentan a su prójimo para que el Señor les toque el corazón, y para que los gobernantes trabajen por la paz.
(Boletín Guadalupano, Agosto 2015)

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