¡Viva
Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
El grito
de “¡Viva Cristo Rey!” guarda relación con la Fiesta de Cristo Rey, instituida
en 1925 por el Papa Pío XI. Pero los cristeros con frecuencia añadieron a esta
exclamación el nombre de Santa María de Guadalupe.
Para
el P. Eduardo Chávez, canónigo de la Basílica de Guadalupe y postulador de la
causa de canonización de San Juan Diego, vidente de la Virgen de Guadalupe,
esta relación es producto de “una gran, maravillosa intuición, una inspiración del Espíritu Santo”.
En
diálogo con ACI Prensa, el P. Chávez subrayó que “la Virgen de Guadalupe y
Cristo Rey siempre es un grito desde el alma, desde el
corazón, desde la fe, un grito único doblemente grande”.
Y señaló que “cuando se ve la imagen de la Virgen de Guadalupe desde los ojos
de los indígenas, ven que ella está con un manto azul verdoso. Ese manto azul
verdoso solamente los emperadores podían usarlo, porque era el azul del cielo y
el verde de la vida”. “Cuando ven a la Virgen de Guadalupe, que tiene este azul
verdoso, entienden que ella es emperatriz, ella es reina. Y cuando ven que está
embarazada, lógicamente el que tiene aquí es un rey, es el Rey”.
Por esto,
dijo, esta “única doble devoción” nos recuerda que Santa María de Guadalupe
“tiene como centro de su imagen a Jesucristo Nuestro Señor”.
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