El
Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos) afirmó que las apariciones de la Virgen de
Guadalupe a San Juan Diego en 1531 fueron el verdadero “evento
fundador de la historia” de América. En su mensaje, indicó que “Guadalupe es la
‘llave’ para entender los tiempos en los que estamos viviendo”.
Señaló
que esta aparición mariana invita a preguntarse “cómo estamos viviendo nuestra
fe católica y cómo estamos llevando la misión de la Iglesia en una
sociedad ‘post cristiana’. Una sociedad que cada día se vuelve más y más hostil
a nuestros valores y creencias”.
En
el caso específico de Estados Unidos, lamentó que “nunca ha vivido según los
valores cristianos. Podríamos hablar del ‘pecado original’ de la esclavitud,
del trágico maltrato a las poblaciones indígenas, las injusticias como el
racismo y los millones de abortos que se practican cada año”. Frente a esta
situación, el Prelado indicó que “necesitamos hacer la diferencia. No sólo por
nosotros y nuestras familias, sino también por nuestra sociedad y cultura. Eso
me lleva a hablar de Guadalupe”.
Mons.
Gómez indicó que las apariciones
de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en 1531 no fueron “un
hecho aislado”, sino que se desprende de la “providencia de Dios”.“La Virgen no se apareció sólo para el pueblo mexicano. Sus intenciones
eran continentales y universales”. Recordó que San Juan Diego
narró que la Virgen le dijo “yo soy verdaderamente tu Madre compasiva; su Madre
y la Madre de todos los moradores de esta tierra y de todas las demás naciones
y pueblos ". En ese sentido
destacó que “en Guadalupe, la Madre de Dios vino para ser la Madre de las
Américas. Guadalupe es el verdadero ‘evento
fundacional’ en la historia de América. Y eso significa que es
el verdadero evento fundacional en la historia de nuestro país y en la historia
de los otros países del norte y el sur de América. Todos somos hijos de
Guadalupe”.
Destacó
que estas apariciones de la Virgen “nos dan la historia alternativa de América.
En el plan de Dios, este es un solo continente. Está destinado a comenzar una
nueva civilización. Un nuevo mundo de fe”. “Unos pocos años después de esta
aparición, millones de personas se bautizaron en México y a lo largo de
América. Una gran ola de santidad recorrió los continentes e hizo surgir santos
y héroes de la fe en cada país”.
Mons.
Gómez contó el testimonio de San Junípero Serra que llegó a América en un barco
llamado “Nuestra Señora de Guadalupe” y que consagró su misión a esta
advocación mariana. “necesitamos seguir el camino que la Virgen nos muestra, un
camino de construcción de una nueva civilización de paz y verdad en América”.
Al
respecto, Mons. Gómez indicó que “en el corazón de los eventos de Guadalupe hay
una historia de una vocación personal y una misión”, “la Iglesia en este país,
y cada uno de nosotros, tiene la responsabilidad de continuar con la tarea que
la Virgen le dio a San Juan Diego: ‘construir un santuario’ con nuestras vidas.
Construir una sociedad que glorifique a Dios y que sea digna de la dignidad de
la persona humana”, afirmó.
“Cada uno
de nosotros es parte de esa historia, de esa gran misión para América que
comenzó con la visita de la Virgen de Guadalupe”. El obispo indicó que esta historia
también evoca los temas de la educación, la vida, la cultura y la familia y dijo que estos
sirven para crear una estrategia para dar un testimonio cristiano en la
sociedad que cada vez más se va descristianizando.
“A través
de nuestro trabajo y nuestro estilo de vida Dios nos está llamando a ser
testimonio de su salvación y de la diferencia que Jesucristo hace en nuestras
vidas”. “Tenemos que compartir el hermoso tesoro de nuestra relación con el
Dios vivo que se hizo hombre por nosotros, que dio su vida para salvarnos y nos
dio una nueva humanidad”.
* La Basílica de Santa
María de Guadalupe recibió la 1ª Peregrinación de la Arquidiócesis de Los
Angeles, (USA) convocada por su pastor, el Arzobispo Mons. José Horacio Gómez,
para establecer esta tradición anual como diócesis, y expresar su devoción a Santa
María de Guadalupe.
Mons. Gómez, quien
también es Vicepresidente de la Comisión Episcopal de los Estados Unidos de
América, expresó la alegría de los peregrinos por estar en la Basílica de
Nuestra Madre Santísima de Guadalupe, para agradecer su intercesión y su
presencia; presentar sus peticiones, en especial por los inmigrantes
indocumentados, para que les siga protegiendo y les conceda una reforma migratoria
en los Estados Unidos.
En su homilía destacó
que la Aparición de Nuestra Madre de Guadalupe a San Juan Diego forma parte del
plan de Dios para la salvación; nos recuerda como Ella le pidió que fuera su
mensajero, del amor y la presencia de Dios Nuestro Señor Jesús, “en nuestras
vidas y en nuestras naciones”.
Agregó que somos
hijos e hijas queridísimos de Nuestro Señor, “y si lo pensáramos más
frecuentemente, y nos diéramos cuenta todos los días, cuando nos levantamos,
que Dios nos quiere tanto que ha pensado en nosotros desde la eternidad”,
tendríamos un gran deseo de ser muy buenos hijos e hijas de Dios y de compartir
la belleza de esa especial vocación que todos los seres humanos tenemos y
podemos compartir. Exhortó
a recordar siempre las palabras consoladoras de María Santísima de Guadalupe:
¿No soy yo tu Madre?, ¿no estás bajo mi sombra y mirada?, ¿no soy la fuente de
tu alegría?, ¿no estás en el cruce de mis brazos? María de Guadalupe es nuestra
Madre Santísima y siempre está con nosotros, aseguró.
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