Frase

Conoce el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en México.


Cada año millones de personas acuden a rezar a María, la Madre "que nos lleva en su regazo", Ella también nos dice hoy: "No se perturbe tu corazón, no temas".

lunes, 23 de julio de 2018

- Gracias la Virgen que siempre nos acompaña


Xalapa llegó a la Casita Sagrada de Santa María de Guadalupe para venerarla y darle gracias por estar en las horas luminosas, oscuras y alegres de la Nación Mexicana.
El Arzobispo de Xalapa Hipólito Reyes celebró la Santa Eucaristía. En su homilía informó que este es el quinto templo construido para cumplir el deseo que Santa María de Guadalupe le expresó a Juan Diego: “Mucho deseo que me levanten mi Casita Sagrada”, para dar “su amor persona”, “su mirada compasiva, su auxilio y su salvación”.
Resaltó que La Virgen de Guadalupe ha estado siempre presente en la historia mexicana, en la fusión de las culturas indígena y española; en las luchas de la independencia, la Revolución Mexicana y de la cristiada; en las horas luminosas y oscuras, en las tristes y alegres de “nuestra Iglesia Católica y de Nuestra Nación Mexicana”.
Hizo del conocimiento de los feligreses que la fiesta de Santa María de Guadalupe es una de las más estimadas y celebradas en México y en todo el Continente Americano. Por otra parte, a propósito del Año de la Juventud decretado por el Papa Francisco, en su oración pidió al Señor que con el poder del Espíritu Santo e intercesión de María de Guadalupe considere siempre a los jóvenes en “nuestra Patria Mexicana como destinatarios y protagonistas de la Nueva Evangelización”.


- María en Guadalupe encarna a Cristo


“En el Acontecimiento Guadalupano encontramos un admirable ejemplo de diálogo y colaboración entre fe y cultura”. María participa de las afinidades de sus interlocutores, presenta su mensaje y se hace una con nosotros; otorga protagonismo a los demás, reconoce lo bueno y verdadero que hay en los pueblos originales; ilumina, sana y salva. Nos enseña que el amor debe concretarse en acciones de solidaridad y servicio, según el ejemplo de Jesús, el buen samaritano.
El Acontecimiento Guadalupano muestra la capacidad de María para encarnar a Cristo en una humanidad cultural concreta. Vemos en Ella una pedagogía encarnada, comprometida con la historia, abierta y transparente, viva y eficaz, salvadora; que integra pasado, presente y futuro, de manera integral e inclusiva, cercana y amorosa, pacífica y liberadora.
Además, María nos enseña a ser contemplativos para dar gracias a nuestro Padre Dios por las maravillas que ha realizado entre nosotros. Señaló Juan Navarro Castellanos, obispo de Tuxpan, en el encuentro anual de la diócesis con Santa María. El Obispo exhortó a peregrinos y pastores a contemplar a María, que enseña el arte y la espiritualidad del ‘Magnificat’, para glorificar a Dios porque “se ha fijado en María y en nosotros” y “nos regala el precioso don de la salvación”.
Nos ha concedido el don maravilloso de su amor en Santa María de Guadalupe, Madre amorosa, cercana y atenta. Consideró que desde el primer encuentro que sostuvo Santa María con Juan Diego quien “nos representa a todos los mexicanos”, le dio varias tareas, recordó la tarea evangelizadora y la guía de la Iglesia de México, llamada: Pedagogía Guadalupana para una evangelización inculturada, que resalta la pedagogía incluyente de la Santísima Virgen.
“En el Acontecimiento Guadalupano encontramos un admirable ejemplo de diálogo y colaboración entre fe y cultura”. María participa de las afinidades de sus interlocutores, presenta su mensaje y se hace una con nosotros; otorga protagonismo a los demás, reconoce lo bueno y verdadero que hay en los pueblos originales; ilumina, sana y salva. Nos enseña que el amor debe concretarse en acciones de solidaridad y servicio, según el ejemplo de Jesús, el buen samaritano, subrayó Mons. Navarro.
Peregrinos y pastores oraron para que para que la evangelización se inculture en actitudes y valores que hagan presente el Reino de Dios. También clamaron a la Providencia la bendición de la lluvia en las tierras de los campesinos. Al tiempo, expresaron su deseo de que este encuentro y la Palabra de Dios llegue a todo su ser y les convierta en discípulos receptivos y portadores de buenas noticias.

- La Virgen favoreció la reconciliación en México


Fieles de la Diócesis de Orizaba, tuvieron su encuentro anual en la Basílica de Guadalupe con la Reina de México y Emperatriz de América, a quien presentaron sus gozos, esperanzas e inquietudes, así como sus peticiones por la unidad y fraternidad entre ellos.
En su instrucción a los peregrinos, Francisco Eduardo Cervantes, Obispo de Orizaba abundó sobre la trascendencia del Acontecimiento Guadalupano e indicó que con Santa María de Guadalupe, se inició un proceso de evangelización que toca continuar a los discípulos-misioneros de hoy, además, su presencia favoreció la reconciliación entre los colonizadores y los pobladores naturales, haciendo una nueva identidad y nación que ha experimentado su protección en los momentos clave de la historia de México.
Indicó que desde el Tepeyac se entiende mejor porqué la Virgen de Guadalupe es la Reina de México, pues su presencia se siente muy cercana; desde aquí, con sus gestos y expresiones culturales, nos acerca a Ella para llevarnos al encuentro de Cristo y su Evangelio; camina con nosotros “y nos anima a vivir un renovado y permanente Pentecostés”.
Exhortó a depositar con confianza en las manos de María, las alegrías, penas y proyectos de la familia, el pueblo y las comunidades parroquiales, y a darle gracias por tantos beneficios alcanzados por su maternal intercesión. Instó a orar que les ilumine para enfrentar los retos que tienen en todos los ámbitos donde se desarrollan, atendiendo a los sectores más necesitados y buscando el mayor bien posible, tomados de su mano.

- Dios interviene en México: Santa Maria de Guadalupe


 1531: Dios mismo interviene por medio de su Madre, Santa María de Guadalupe.
Poco después de la llamada Conquista de México, en 1521, y los dramáticos siguientes años de una nueva estructura a todo nivel para estas nuevas tierras; llegaron los primeros misioneros para la evangelización en este nuevo mundo; pero las cosas no iban a ser nada fáciles en esta titánica misión, especialmente, con la tremenda depresión que vivieron los indígenas y con el anti-testimonio de los que se decían católicos.
Ciertamente, los primeros misioneros, tanto franciscanos como dominicos y el primer obispo de México, Fray Juan Zumárraga, realizaron una labor admirable; fueron defensores de los indígenas y denunciadores de injusticias; trataron de evangelizar a los nativos bajo los principios de un catolicismo del siglo XVI. Muchos de los indios fueron convertidos gracias a los frailes, su testimonio y su gran esfuerzo iba dando fruto, la catequesis y la instrucción se fue dando poco a poco. Recordemos que san Juan Diego fue convertido a la fe católica gracias a ellos.
No hay duda de que los primeros misioneros constituyeron una de las piezas claves para la evangelización de esta bendita tierra; pero el trabajo se presentaba inmenso y, en mucho, fuera de su control; no sólo de frente a la evangelización de los indígenas sino, como decíamos, ante la conversión de sus mismos paisanos; la población indígena estaba traumada por la Conquista, diezmada por la terrible enfermedad, había confirmado por sus propios ojos que los astros seguían sus ciclos sin necesidad de los corazones ni del líquido precioso de la sangre que se vertía para darles vida, no había necesidad de sacrificar a sus hijos a las antiguas deidades, los astros continuaban su ciclo, o ¿cuánto más iban a durar? Los misioneros les decían que todas sus creencias eran del diablo; Satanás había capturado las almas de sus antepasados con sus infinitas mentiras; habían sido burdamente engañados.
Por otro lado, algunos españoles, especialmente los que sustentaban el poder civil de la Primera Audiencia, que se decían católicos y que, sin embargo, se afanaban al adorar a su dios oro, que había llevado a este imperio a una terrible destrucción y su esclavitud, españoles que ante su sed de poder y poseer no dudaron en ir en contra, incluso, de su obispo a quien habían afrentado e intentado asesinar… ¿Cómo poder hablar del amor del verdadero Dios, de su Iglesia, donde de manera más clara se manifiesta este amor para con todos que somos hermanos, especialmente por medio del Evangelio, de los Sacramentos, del Magisterio y de tantos y tantos dones, para merecer la vida eterna?
Ante todo, evangelizar este contexto histórico, simplemente, era imposible para los hombres, pero, no para Dios. Por ello es muy justo lo que decía el obispo de México, fray Juan de Zumárraga: “si Dios no provee con remedio de su mano está la tierra en punto de perderse totalmente.” La total oscuridad se cernía en el Anáhuac.
Ante el clamor del obispo fray Juan de Zumárraga en ese año de 1529: “si Dios no provee con remedio de su mano está la tierra en punto de perderse totalmente”, Dios interviene por medio de lo más amado para Él, su propia Madre. Ella, la primera discípula y misionera del Amor de Dios, es la Estrella de la Evangelización, la Estrella de la Esperanza.
Si bien, una aparición escapa a la razón y trasciende la historia; no se puede negar su repercusión, por lo que se pueden estudiar los rastros, los signos y los elementos, que haya dejado y con los cuales haya marcado la historia.
Actualmente, se conservan muchos documentos históricos desde el siglo XVI en los que se manifiesta ese momento maravilloso de la intervención divina; un Dios que toma la iniciativa de entregarse con el ser humano por medio de Su Madre, Santa María de Guadalupe, quien ha elegido a un indígena macehual, humilde y sencillo, con un alma transparente y candorosa, Juan Diego Cuauhtlatoatzin.
Hermano devoto de la Virgen de Guadalupe: “Dios insiste en amarte, con todo su corazón, con lo más amado y precioso, su Madre Santísima de Guadalupe y sigue insistiendo en encontrarse contigo, de corazón a corazón; ciertamente habrán muchos obstáculos que otros nos impongan o que nosotros mismos nos imponemos; pero, a pesar de todo, Él insiste en amarte, amarte con todo su corazón en la tierra bendita de tu ser”.