Frase

Conoce el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en México.


Cada año millones de personas acuden a rezar a María, la Madre "que nos lleva en su regazo", Ella también nos dice hoy: "No se perturbe tu corazón, no temas".

martes, 13 de junio de 2017

- El rostro y el nombre de Santa María de Guadalupe

Dios, por medio de su Madre, Santa María de Guadalupe, hace una verdadera integración, armoniza lo que, a los ojos humanos, era simplemente imposible, pero no para Dios, por lo que se logra que Ella forjara una patria en donde surge una raza nueva, si, nada fácil, o como algunos dicen, “un nuevo pueblo fue parido con dolor”, es verdad, hubo tremendas dificultades, sin embargo, estamos ante una realidad, somos esta nación mestiza, este pueblo que se compone de tantas razas, un nuevo pueblo.
Santa María de Guadalupe se presenta como una mujer de rostro mestizo, Ella ha tomado como su identidad a los más desprotegidos, los más pobres, los más abatidos, los más despreciados del mundo. Ella sabe inculturar el Evangelio entre los más pobres y sencillos; cuando los indígenas expresaban: “su rostro no es ni de ellos [españoles] ni de nosotros [indígenas], sino de ambos”; es decir, que el identificarse con su rostro mestizo nos compromete a vivir como hermanos; en el amor entre nosotros se manifiesta el rostro mestizo de la Virgen de Guadalupe, de la Morenita, como también amorosamente se le dice. Esta es una expresión genial, verdaderamente admirable, pues los indígenas han captado su rostro mestizo, que se da en la medida en que nosotros nos veamos como hermanos.
Y para completar este cuadro, también es muy importante el nombre que eligió la Madre de Dios: Santa María de Guadalupe, “María” de origen judío y “Guadalupe”, de origen árabe, es decir, las dos grandes razas culturales y religiosas, lo judío y lo árabe, que en esos años habían sido expulsadas de España. Así, en su nombre, Santa María de Guadalupe, une, armoniza, ama, y hace del pobre, marginado, despreciado a los ojos del mundo, su identidad.

Como se puede notar es muy importante el nombre verdadero que Ella elige como su identidad: “Santa María de Guadalupe”. Ni los españoles se lo pusieron, ni los indígenas lo comprendieron mal con algún nom­bre indígena. Sino que fue Ella quien eligió esta identidad. Y con toda claridad lo dice en el manuscrito náhuatl de Antonio Valeriano. Ella, es Ella, quien desea llamarse con estos nombres de origen judío y árabe, hijos del mismo Abraham. En Ella se da la identidad de la paz, de la armonía, de la nueva vida.

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