…”Se hace real y actual lo que le dice la Virgen de
Guadalupe a Juan Diego: “Porque en verdad yo soy tu Madre compasiva, tuya y de
todos los hombres que viven juntos en esta tierra, y también de todas las demás
estirpes, naciones, los que me amen, los que me llamen, los que me busquen, los
que confíen en mí; porque, en verdad, escucharé su llanto, su tristeza; para
remediar, para curar, todas su diferentes penas, sus miserias, sus dolores.” (Nican Mopohua vv.29-32).
Es una salvación para todo el mundo, para todo ser
humano, es la Epifanía que sigue manifestándose constantemente y con infinita
misericordia en su mirada llena de amor”
Fray Juan de
Zumárraga, primer obispo de México, fue uno de los importantes fundadores del
Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco en 1536, y allí se logró el formar a los
alumnos, jóvenes nobles, en las Humanidades, por lo que los buenos resultados
se dejaron ver con grandes personajes como el indígena noble y sabio Antonio
Valeriano, quien fue el instrumento fiel para poner en un manuscrito todo lo
que escuchó de los testigos, en especial de Juan Diego, sobre lo que sucedió en
el gran Acontecimiento Guadalupano. Es decir, Antonio Valeriano no inventó
dicho Acontecimiento, sino que lo trasladó en caracteres latinos y sonido
náhuatl en el documento conocido como Nican Mopohua, las dos primeras
palabras de dicho manuscrito que quiere decir ‘Aquí se narra o Aquí se dice,’
escrito entre 1545-1548. Con esto, también confirmamos que Antonio Valeriano no
intentaba extender, como tal, el conocimiento de dicho Acontecimiento, pues
eran poquísimos los indígenas que pudieran leer en caracteres latinos y un
núcleo pequeñísimo de españoles que entendieran el náhuatl. Sino mantener lo
más exacto posible lo que fue este hecho sobrenatural. Gracias a las futuras
traducciones del Nican Mopohua, y al
conocimiento tanto de los caracteres latinos como del idioma náhuatl, se fue
constituyendo en esa maravillosa fuente, aunque no fuera “Primigenia”.
Por supuesto que el Nican
Mopohua es una importante fuente, ya que con este manuscrito podemos saber
palabra por palabra los hechos de aquellos días de la Aparición de la Virgen de
Guadalupe, en el cerro del Tepeyac entre el 9 al 12 de diciembre de 1531, pero
no es la fuente “Primigenia”, ya que, como confirmamos, los indígenas no lo
conocían cuando se dio la masiva conversión, ni los españoles lo podían leer;
pues, como decíamos, sólo algunos entendían el náhuatl. Entonces, ¿Cómo es que
los indígenas y los europeos conocieron este gran Acontecimiento? Pues por la
“Fuente Primigenia” que consta principalmente de tres pilares: La tradición
oral, cuyo máximo expositor fue el mismo Juan Diego, la Imagen
portentosa de Santa María de Guadalupe, que si bien entendían los europeos
en muchos de sus signos (pues comprendían que era la imagen de María, la Madre
de Dios, bajo la iconografía que se usaba para manifestar su Inmaculada
Concepción, etc. ), mientras que para los indígenas era una carta de amor que
ellos comprendían con esas nubes, estrellas, flores, luna, ángel con alas de
águila, especialmente el sol y la flor de cuatro pétalos a la altura de su
inmaculado vientre. Y el tercer punto son los signos de los tiempos que
experimentaron en los momentos de la aparición de Santa María de Guadalupe
trayendo en su vientre a Aquel, el verdaderísimo Dios por quien se vive.
Es por ello que el
Acontecimiento Guadalupano es para todos los tiempos y para el mundo entero;
aunque sólo los humildes, como san Juan Diego, son capaces de poderlo entender.
En todo esto se toma en cuenta la inculturación perfecta que logra Santa María
de Guadalupe, y esto es válido en muchos ángulos y muchos grados, pues el
centro de su Imagen y su mensaje es el verdaderísimo Dios por quien se vive,
Jesucristo nuestro Señor. Por Él es que se trascienden tiempos y espacios.
Entre muchos otros signos es importante el hecho actual de que en otros países
de culturas tan distintas como son Polonia, Francia, Italia, etc., en donde se ha descubierto quién es la
Virgen de Guadalupe, su Imagen y su mensaje; Ella quien nos lleva de la mano en
este peregrinar hasta encontrarse seguros con su Hijo Amado, el Camino, la
Verdad y la Vida. La Virgen de Guadalupe sigue tocando el corazón de muchos
hermanos; Ella sigue poniendo a Jesús en el corazón de todo ser humano; Ella es
quien armoniza y unifica a todos en la única familia de Dios. Se hace real y
actual lo que le dice la Virgen de Guadalupe a Juan Diego: “Porque en verdad yo
soy tu Madre compasiva, tuya y de todos los hombres que viven juntos en esta
tierra, y también de todas las demás estirpes, naciones, los que me amen, los
que me llamen, los que me busquen, los que confíen en mí; porque, en verdad,
escucharé su llanto, su tristeza; para remediar, para curar, todas su
diferentes penas, sus miserias, sus dolores.” (Nican Mopohua vv.29-32).
Es una salvación para todo el mundo,
para todo ser humano, es la Epifanía que sigue manifestándose constantemente y
con infinita misericordia en su mirada llena de amor.
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