Frase

Conoce el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en México.


Cada año millones de personas acuden a rezar a María, la Madre "que nos lleva en su regazo", Ella también nos dice hoy: "No se perturbe tu corazón, no temas".

lunes, 12 de febrero de 2018

- Fiesta de San Juan Diego, el indígena de Guadalupe


En un momento intenso y dramático de la historia, se dio el encuentro entre Dios y los hombres por medio de Santa María de Guadalupe, haciendo de este Acontecimiento un encuentro cuyo mensaje está lleno de esperanza que provoca la fe para poder vivir en el amor. Y fue un laico, Juan Diego Cuauhtlatoatzin, primer indígena canonizado del Continente, el elegido para portar este mensaje para el mundo entero”.
…”por la canonización de San Juan Diego se confirma la verdad del encuentro que sostuvo con la Madre de Dios; y tenemos la certeza de que estamos en el hueco del manto y en el cruce de los brazos de Santa María de Guadalupe, en el amor de la Madre de Dios y nuestra Madre; estamos ciertos que es Ella quien nos conduce a su Hijo Jesucristo. Por ello el Episcopado Latinoamericano afirmó en Aparecida, Brasil, que María “ha estado muy cerca de nosotros, ha cuidado de nuestras personas y trabajos, cobijándonos como a Juan Diego y a nuestros pueblos…”.
   El Cardenal arzobispo de México, Norberto Rivera Carrera, durante la celebración de la Fiesta Litúrgica de San Juan Diego -establecida por el ahora santo, Papa Juan Pablo II-, resaltó que el mensaje del Acontecimiento Guadalupano es para todos pero sólo los humildes como el santo indígena, “pueden leerlo, hacerlo suyo y entregarlo con flores y cantos de un actuar cotidiano en el amor”.
   Agregó que una de las más grandes manifestaciones de que el Acontecimiento Gua­dalupano es salvífico, es la conversión del corazón; mueve al ser humano al arrepen­timiento, desde lo más profundo del alma, del espíritu y la razón, como fruto de este encuentro con Dios, quien siempre toma la iniciativa y hace realidad un cambio de vida pleno y total, dándole todo su sentido.
   Hizo notar que por la canonización de San Juan Diego se confirma la verdad del en­cuentro que sostuvo con la Madre de Dios; y tenemos la certeza “de que estamos en el hueco del manto y en el cruce de los brazos de Santa María de Guadalupe, en el amor de la Madre de Dios y nuestra Madre; estamos ciertos que es Ella quien nos conduce a su Hijo Jesucristo”. Por ello el Episcopado Latinoamericano afirmó en Aparecida, Brasil, que María “ha estado muy cerca de nosotros, ha cuidado de nuestras personas y trabajos, cobijándonos como a Juan Diego y a nuestros pueblos…”.
   El Sr. Cardenal mexicano señaló que lo más importante es descubrir cómo Jesucristo se encuentra con el ser humano por medio de Santa María de Guadalupe, quien toma lo bueno y verdadero de la fiesta del Panquetzaliztli que celebraban los indígenas, y lo desarrolla en la plenitud del verdadero Dios por quien se vive. “Él es la verdadera Pascua Florida, Él es nuestro redentor y Salvador, el dueño de la vida…quien purifica todo esto y da plenitud en Él, el Hijo de Dios verdadero, Él que es la respuesta de lo que tanto anhelaban los indígenas…”.
   Gracias a Juan Diego se nos ha transmitido todo esto por medio de la tradición oral y en una bellísima y portentosa Imagen de la Virgen de Guadalupe: en la humilde Tilma de este indígena macehual. “Un encuentro que marca la historia, un mensaje de amor para el mundo entero, una invitación para construir juntos la cultura de la vida, la civilización del amor, que nunca se detenga ni se destruya. Todos estamos invitados a ser santos como él, humilde indígena, San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, y poner todo lo que está de nuestra parte para construir esta casita sagrada, la nueva civilización del amor de Dios”.

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