Frase

Conoce el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en México.


Cada año millones de personas acuden a rezar a María, la Madre "que nos lleva en su regazo", Ella también nos dice hoy: "No se perturbe tu corazón, no temas".

martes, 18 de diciembre de 2018

- Guadalupe en diciembre


Millones de personas celebran este 12 de diciembre el aniversario 487 de las apariciones de la Virgen María en el Tepeyac, y como cada año, la Guadalupana nos recuerda que, pese a las diferencias políticas y sociales, como pueblo mayoritariamente cristiano tenemos un patrimonio común: nuestra fe en Jesucristo y nuestra veneración a Ella.
Particularmente en este momento histórico, Santa María de Guadalupe nos dice, a través de su mensaje de amor, que es de su mano como podremos reconstruir el tejido social y encontrar la paz, dos anhelos que sólo pueden hacerse realidad mediante la colaboración de todos los que habitamos estas tierras, unidos en el encuentro con su hijo Jesucristo.
“México cristiano, corazón guadalupano”, es la frase que sintetiza la identidad de este noble pueblo que, por desgracia, ha conocido incontables episodios adversos como consecuencia del desprecio a los más altos valores evangélicos.
La profunda devoción del pueblo mexicano a la Virgen de Guadalupe, que se vio reflejada como todos los años en la asistencia masiva de peregrinos al Tepeyac, especialmente durante sus festividades, da cuenta de la fe viva de este pueblo que la Madre de Dios ha elegido como centro para mostrar a su Hijo a todas las naciones.
“Hijito mío, ¿no estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No soy yo vida y salud? ¿No estás en mi regazo y corres por mi cuenta?”. Estas palabras de la Guadalupana siguen llenando de consuelo a millones de mexicanos que han perdido el rumbo en su vida, que ante múltiples circunstancias adversas encuentran la certeza de alguien que los ama.
Lo cierto es que las amenazas, incertidumbres y temores se desvanecen cuando contemplamos el rostro amoroso de la Guadalupana plasmado para siempre en la humilde tilma de un hombre bueno y generoso –como la mayoría de los mexicanos- que supo no ceder a la tentación de poner en duda el plan de Dios, y en lugar de eso atendió la voz del cielo para cambiar el destino de una nación.
Hoy la Virgen de Guadalupe nos llama, con la misma delicadeza con que se dirigió a San Juan Diego, a no olvidar que su Hijo está con nosotros, atento a nuestras necesidades y dispuesto a caminar de la mano, siempre y cuando tengamos la intención de dejarnos salvar por Él. Hoy, como hace 487 años, la Morenita habla a los mexicanos también con aquella insistencia con que interpeló a su mensajero, para pedirles que cumplan lo que Dios quiere de este pueblo: trabajo, honestidad, generosidad, compromiso social, y sobre todo, fidelidad al verdadero Dios por quien se vive.
Las fiestas guadalupanas nos ofrecen la oportunidad de trabajar en dos dimensiones fundamentales: lo religioso y lo social, a fin de dejar de lado las discordias, contemplarnos como hermanos y servir a México desde nuestros respectivos ámbitos. 
La Virgen de Guadalupe debe ser icono y paradigma para la nueva etapa política de nuestro país. Su acción conciliadora a través de Juan Diego para impulsar la unión de un pueblo naciente es un ejemplo vigente para encontrar un camino para todos, aún cuando existen profundas diferencias.
Hoy más que nunca, Guadalupe es un estandarte para encontrar la paz en una nación con muchas heridas, pero en la que Ella ha querido quedarse para siempre.



lunes, 10 de diciembre de 2018

- Guadalupe, actualidad del Mensaje


¿Cuál es el mensaje de la Virgen de Guadalupe para el mundo actual?


A 13 años de que se cumpla medio milenio de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, ¿cuál puede ser su mensaje e importancia para el mundo de hoy?
El P. Eduardo Chávez, uno de los mayores expertos en las apariciones de Santa María en el cerro del Tepeyac de Ciudad de México, destacó que el mensaje de la Virgen de Guadalupe es de “armonía de todos los pueblos en esta única civilización del amor de Dios” y señaló que la Virgen “hace esa perfecta inculturación” en medio del pueblo indígena, “tomando a Jesús y poniéndolo en lo más profundo del ser humano”.
El P. Eduardo Chávez destacó que la Virgen de Guadalupe tomó “las cosas buenas, positivas, esas semillas del Verbo que ya Dios sembró” en América, para luego “darles pleno desarrollo en su Hijo, Jesucristo”.“Siempre es Jesús el centro del acontecimiento guadalupano”, subrayó.
La Virgen de Guadalupe, añadió, “toma lo más pobre, como el hecho de ser mestiza, porque los mestizos en el tiempo de la Santísima Virgen de Guadalupe eran despreciados tanto por los españoles como los indígenas y buscaban en los basureros para ver qué comer”.
“Para nuestro mundo es muy importante en esta época todo lo que es el acontecimiento guadalupano, porque precisamente la Virgen de Guadalupe trae armonía, paz, justicia, amor, en una palabra: Jesucristo, Nuestro Señor, al mundo entero”.
“Y lo sigue trayendo como en aquel momento único y trascendente”, añadió.
Santa María, señaló, lleva a aquel hombre “que tiene violencia en su corazón, el hombre traidor, criminal, que desgraciadamente se destruye y destruye al ser humano y a este mundo”, y lo lleva a Jesucristo “para sanar, para salvar”.


- Más de 10 millones peregrinan a Guadalupe el 12 diciembre


La Fiesta de la Virgen de Guadalupe movilizó a más de 10,6 millones de personas hacia su santuario en Ciudad de México, donde se conserva la imagen original aparecida en la tilma de San Juan Diego hace casi 500 años.

De acuerdo al Gobierno de Ciudad de México, se reportó un “saldo blanco”, en referencia a la ausencia de muertes, “ante la llegada de 10 millones 603 mil peregrinos a la Basílica de Guadalupe en la capital del país, con motivo del festejo Guadalupano”.
La cifra de asistentes se registró entre el 9 y el 12 de diciembre, y fue superior a la de 2017, en que 7 millones 280 mil peregrinos visitaron la Basílica de Guadalupe para la fiesta de la Virgen.

La multitudinaria peregrinación, una de las más grandes del mundo, motivó el despliegue de más de 22 mil funcionarios públicos en el marco del operativo “Bienvenido Peregrino”.
Para la directora de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México, Marilú Esponda, la masiva afluencia a la Basílica de Guadalupe deja claro que “la fe de nuestro pueblo por su Madre está a flor de piel, está viva”.

Marilú Esponda destacó que el fervor popular se evidenció en las “muchísimas historias de personas que venían desde otros estados, desde muy lejos, cada uno con su propia historia, sus propias necesidades, manifestándole a la Virgen su agradecimiento o sus varias peticiones”. Esta devoción, destacó, “nos llena de esperanza en este momento en el que vivimos en nuestra sociedad”.
En su homilía por la Misa de las Rosas, al mediodía del 12 de diciembre, el Cardenal Primado de México, Carlos Aguiar, destacó que en la Virgen de Guadalupe “encontramos el apoyo, la protección, el cuidado y sobre todo el amor de una madre que nos conduce hacia su hijo, fuente de la sabiduría”.

- La Virgen que forjó una patria


..”en el Tepeyac (el cerro donde se apareció la Virgen de Guadalupe en México), se construyó el templo que la Virgen le pidiera al indio Juan Diego y muy pronto, allí acudieron gente de toda raza y condición social a postrarse ante la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.
Al sentirse cobijados por el manto amoroso de una madre común, desaparecieron los recelos entre indígenas y españoles, gracias a lo cual ambas razas se fundieron dando origen a una nueva identidad. Y fue así como, en torno al Tepeyac y ante la mirada amorosa de la Virgen Morena, empezó a forjarse una nueva nación. Y fue así como Nuestra Señora de Guadalupe pasó a la historia de México por haberse convertido en la Virgen que forjó una patria, la nación Mexicana…”
Fue el 12 de diciembre de 1531 el día en que culminaron las Apariciones de la Virgen de Guadalupe, al estamparse la Sagrada Imagen de la Madre de Dios en la tilma del humilde San Juan Diego, y a partir de aquel 12 de diciembre empezó a forjarse la Nación Mexicana.
Apenas diez años antes Hernán Cortés había logrado someter al poderoso imperio azteca. Una de las primeras medidas tomadas por Hernán Cortés fue pedirle al Emperador Carlos V que enviase misioneros a estas tierras. El primer grupo de misioneros llegó el 13 de mayo de 1524 bajo las órdenes de Fray Martín de Valencia.
Aquellos humildes franciscanos empezaron a predicar el Evangelio. Detrás de ellos, en 1526, vendría un pequeño grupo de frailes dominicos. Incansable fue la labor de los primeros misioneros; mas sin embargo todos sus esfuerzos parecían destinados al fracaso debido a que entre los vencidos indígenas aún quedaban huellas de la derrota sufrida; huellas que les impedían abrirse a la Palabra de Dios que ellos les traían.
El caso es que entre aquellos misioneros empezó a cundir el desánimo. Daba la impresión de que estaban arando en el mar.
Padecieron el mismo desánimo que, quince siglos antes, había padecido el Apóstol Santiago al ver como los rudos iberos de la Hispania romana se mostraban reacios a escuchar el mensaje evangélico. Mas sin embargo aquel problema se resolvió de un modo inesperado: A orillas de río Ebro, en Zaragoza, y sobre un pilar la Virgen se apareció a Santiago infundiéndole ánimos. El Apóstol cobró un vigor inusitado, predicó el Evangelio con tal vehemencia que muy pronto -contando con la ayuda poderosa de la Reina del Cielo- las conversiones se dieron por millares.
Ante el desánimo sufrido por los misioneros españoles llegados a México, de repente ocurrió lo inesperado: La Virgen se apareció a uno de los de la raza indígena -a uno de los pobres y de los vencidos- para pedirle que allí mismo, en el Tepeyac, se levantara un templo en su honor. El humilde indígena Juan Diego se presenta ante el obispo de México, extiende su ayate y es entonces cuando aparece la celestial imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.
Y al igual que había ocurrido en la Hispania pagana, lo mismo ocurrió en estas tierras de lagos, conventos, pirámides y volcanes. En cuanto se corre la voz y la gente tiene noticia del prodigio, algo les dice que está a punto de nacer un mundo nuevo.
Y, según testimonio de los cronistas, a partir de aquel momento, las conversiones se dieron de un modo multitudinario. En unos cuantos años, en el Tepeyac, se construyó el templo que la Virgen le pidiera a San Juan Diego y muy pronto allí acudieron gente de toda raza y condición social. Todo tipo de gente acudía a postrarse ante la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.
Al sentirse cobijados por el manto amoroso de una madre común, desaparecieron los recelos entre indígenas y españoles, gracias a lo cual ambas razas se fundieron dando origen a una nueva identidad.
Y fue así como, en torno al Tepeyac y ante la mirada amorosa de la Virgen Morena, empezó a forjarse una nueva nación. Y fue así como Nuestra Señora de Guadalupe pasó a la historia de México por haberse convertido en la Virgen que forjó una patria.


domingo, 9 de diciembre de 2018

- Guadalupe, el templo más visitado de la cristiandad. ¿Cómo es posible?


El templo más visitado de la cristiandad no es ni la Basílica de San Pedro en el Vaticano, ni ninguna de las imponentes catedrales europeas que han marcado la historia de occidente. El primado corresponde a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, con unos veinte millones de peregrinos anuales, más del doble de visitantes que los santuarios marianos más conocidos.
La importancia de Guadalupe es tal que quien desconoce la historia de este templo y su mensaje no puede comprender la historia de México, e incluso del mismo continente americano. ¿Cómo es posible que haya sucedido algo así?
La historia comienza tras la conquista de México en 1521 cuando, diez años después, la misma Virgen María se apareció a uno de los primeros cristianos aztecas, el indígena Juan Diego, hoy declarado santo.
Fue a inicios del mes de diciembre de 1531 que Juan Diego escuchó por primera vez, en el cerro del Tepeyac, una voz que le llamaba por su nombre mientras iba de camino.
Al llegar a la cumbre del cerro vio a una Señora de una belleza sobrenatural, “vestida de sol”, quien le pidió construir un templo para “mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en mí confíen”.
Juan Diego fue a hablar con el obispo, Juan de Zumárraga pero éste no le creyó. Tras numerosas y a veces dramáticas dificultades que Juan Diego recibió, la Virgen se le volvió a aparecer el 12 de diciembre para pedirle que subiera a la cumbre del cerro, donde encontró un rosal en flor (más propio de Castilla que de México). Cortó tantas rosas como pudo y las recogió en su tilma, el manto típico de los indígenas, para llevárselas al obispo, a modo de prueba.
Al reunirse con Zumárraga, Juan Diego abrió la tilma para mostrarle las flores. Cuando las rosas cayeron al piso en la tilma estaba ya impresa la imagen de la Virgen de Guadalupe que hoy se venera en la Basílica.
Convencido, el obispo llevó la imagen a la Iglesia Mayor y construyó una ermita en el lugar que había señalado Juan Diego, donde posteriormente se construiría la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, construida entre 1695 y 1709.
Tras las apariciones de María, la evangelización de México, hasta ese momento muy complicada para los misioneros europeos, cambió radicalmente. En el rostro de María, impreso en la tilma, los mexicanos encontraron su identidad y consuelo en medio de los sufrimientos de la conquista. Es la faz de una joven mestiza, una anticipación, pues en aquel momento todavía no había mestizos de esa edad en México.
María mostraba así cómo asumía el dolor de miles de niños, los primeros de una nueva raza, rechazados entonces tanto por los indios como por los conquistadores.
El manto azul de la Virgen, salpicado de estrellas, es la “Tilma de Turquesa” con que se revestían los grandes señores aztecas, e indica la nobleza y la importancia del portador.
Los rayos del sol circundan totalmente a la Guadalupana como para indicar que ella es su aurora. Esta joven doncella mexicana está embarazada de pocos meses, así lo indican el lazo negro que ajusta su cintura, el ligero abultamiento debajo de éste y la intensidad de los resplandores solares que aumenta a la altura del vientre.
Su pie está apoyado sobre una luna negra, (símbolo del mal para los mexicanos) y el ángel que la sostiene con gesto severo, lleva abiertas sus alas de águila. De este modo, en la simbología indígena, la Virgen de Guadalupe se presentó ante sus hijos como la Madre del Creador y conservador de todo el universo; que viene a su pueblo porque quiere acogerlos a todos, indios y españoles, con un mismo amor de Madre.
En estos casi quinientos años de historia los mexicanos han sentido como dirigidas a su corazón las palabras que pronunció María de Guadalupe a Juan Diego: “¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en donde se cruzan mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?”.


- Fiesta de San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe


 “¡Amado Juan Diego, ‘el águila que habla’! Enséñanos el camino que lleva a la Virgen Morena del Tepeyac, para que ella nos reciba en lo íntimo de su corazón”, dijo San Juan Pablo II en la canonización de San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe, y cuya fiesta se celebra cada 9 de diciembre.
San Juan Diego nació en 1474 en Cuauhtitlán, entonces reino de Texcoco, perteneciente a la etnia de los chichimecas, y hoy territorio mexicano. Su nombre era Cuauhtlatoatzin, que en su lengua materna significaba “Águila que habla” o “El que habla con un águila”.
Siendo adulto y padre de familia, se sintió atraído por la doctrina de los sacerdotes franciscanos que llegaron a México en 1524 y recibió el bautismo con su esposa María Lucía. Los dos se casaron cristianamente, pero tiempo después falleció su esposa.
El 9 de diciembre de 1531 se le apareció, en el cerro del Tepeyac, la Virgen María, quien se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios”. La Virgen le encomendó que en su nombre le pidiese al Obispo Capitalino, el franciscano Fray Juan de Zumárraga, la construcción de una Iglesia en el lugar de la aparición.
El Obispo no aceptó la idea y la Virgen le pidió que insistiera. Al día siguiente, Juan Diego volvió a encontrar al Prelado, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas del prodigio.
El martes 12 de diciembre, la Virgen se le presentó y lo consoló, invitándolo a subir a la cima de la colina del Tepeyac para que recogiera flores y se las trajera. A pesar de la estación invernal y la aridez del lugar, San Juan Diego encontró flores muy hermosas y la colocó en su “tilma”. La Virgen luego le mandó que se las presentara al Obispo.
Estando frente al Prelado, el Santo abrió su “tilma” y dejó caer las flores. En el tejido apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe, que desde ese momento se convirtió en el corazón espiritual de la Iglesia en México y en una de las mayores devociones marianas que permanece con fuerza hasta nuestros días.
San Juan Diego, con el permiso del Obispo, pasó a vivir en una pobre casa junto al templo de la “Señora del Cielo”. Limpiaba la capilla y acogía a los peregrinos que visitaban el lugar, donde hoy se eleva un gran templo.
El laico San Juan Diego partió a la Casa del Padre en 1548 y gozó de tanta estima que sus contemporáneos solían decir: “Que Dios te haga como Juan Diego”. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1990 y canonizado por el Papa peregrino en el 2002.


viernes, 7 de diciembre de 2018

- La conservación de la tilma de Juan Diego, un suceso inexplicable


A lo largo de la historia, la Virgen María se ha aparecido en varias ocasiones y en diversos países, aunque el caso mexicano es único en el mundo, pues sólo allí dejó impresa su imagen, y lo hizo en una tilma, una humilde tela de fibra de agave de origen indígena que vestía Juan Diego. 
La tilma ha sido estudiada en diversas ocasiones por múltiples especialistas, y los resultados hacen que siga vigente el milagro guadalupano.
En 1946, investigadores de la UNAM:Universidad Nacional Autónoma de México analizaron un pequeño pedazo de la tilma de Juan Diego y determinaron que, efectivamente, se trataba de fibra de agave. En entrevista con Desde la fe, el doctor Adolfo Orozco, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, asegura que una fibra textil con estas características no puede subsistir un periodo de más de 20 o 25 años sin pudrirse.
En cambio, la imagen de la Virgen permanece en un excelente estado de conservación pese a que durante los primeros 116 años no tuvo ningún tipo de protección. “Estuvo simplemente pegada a la pared y sometida a la radiación de veladoras, a que la besaran y la tocaran. Además, en un ambiente sumamente húmedo y muy salitroso, lo que hace que cualquier tela se pudra, sobre todo una tan humilde, tan corriente, como una tela de agave”, dice.“No hay una explicación científica al hecho de que la tilma se mantenga en tan buen estado de conservación”. 
El especialista recuerda que en 1791 se realizó una copia fiel de la tilma de Juan Diego, utilizando una tela de características muy similares a la original, y se colocó en la iglesia de El Pocito, ubicada en el Tepeyac. “Esa pintura no duró ni ocho años. Antes de ese tiempo tuvo que tirarse a la basura porque todos los colores habían cambiado y la fibra se había roto, y eso que esa imagen estuvo protegida con vidrio desde el principio”, agrega el experto, quien también es presidente del Centro Mexicano de Sindonología. 
De acuerdo con el especialista, estas no son las únicas particularidades de la tilma que no encuentran explicación científica. Por ejemplo, la textura de la tela se asemeja más a la de la seda, algo que se corroboró en dos momentos: primero, por las Investigaciones Jurídicas de 1666 y, más tarde, en 1751, por el pintor mexicano, Miguel Cabrera.


lunes, 26 de noviembre de 2018

- Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!


¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
El grito de “¡Viva Cristo Rey!” guarda relación con la Fiesta de Cristo Rey, instituida en 1925 por el Papa Pío XI. Pero los cristeros con frecuencia añadieron a esta exclamación el nombre de Santa María de Guadalupe.
Para el P. Eduardo Chávez, canónigo de la Basílica de Guadalupe y postulador de la causa de canonización de San Juan Diego, vidente de la Virgen de Guadalupe, esta relación es producto de “una gran, maravillosa intuición, una inspiración del Espíritu Santo”.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Chávez subrayó que “la Virgen de Guadalupe y Cristo Rey siempre es un grito desde el alma, desde el corazón, desde la fe, un grito único doblemente grande”.
Y señaló que “cuando se ve la imagen de la Virgen de Guadalupe desde los ojos de los indígenas, ven que ella está con un manto azul verdoso. Ese manto azul verdoso solamente los emperadores podían usarlo, porque era el azul del cielo y el verde de la vida”. “Cuando ven a la Virgen de Guadalupe, que tiene este azul verdoso, entienden que ella es emperatriz, ella es reina. Y cuando ven que está embarazada, lógicamente el que tiene aquí es un rey, es el Rey”.
Por esto, dijo, esta “única doble devoción” nos recuerda que Santa María de Guadalupe “tiene como centro de su imagen a Jesucristo Nuestro Señor”.


jueves, 11 de octubre de 2018

- El milagro del ayate de Guadalupe


La Tarahumara visita a la Virgen de Guadalupe
Durante su homilía el Obispo de la Sierra Tarahumara, expuso que el milagro del Ayate “realizado por Dios en nuestras tierras”, no sólo es un hecho histórico sino un acontecimiento que ha determinado la vida de los mexicanos. Con el Ayate, la Virgen ha querido cubrir el oprobio que envolvía y envuelve todavía a nuestra Patria con tanto dolor, egoísmo, odio y violencia. Por eso ahora “Ella quiere que en nuestro ayate, que es el revestimiento de la gracia adquirida en nuestro Bautismo, lo que nos hace ser cristianos, llevemos esas semillas de justicia que podrán darnos frutos de paz, unidad y amor”.
Mons. González, explicó que el Ayate --hecho de ixcle, fibras vegetales del maguey popotule--, era parte de la vestimenta del indígena, no sólo era un adorno sino que servía para usos prácticos como cargar el maíz, el frijol o cualquier otra cosa y todavía lo sigue utilizando el campesino. Ahora, el ayate “es la indumentaria del pobre que lleva consigo, plasmada en su corazón, esa bendita imagen”, dándole sentido a lo que realiza porque tiene su mirada de su Santísima Madre; la del mexicano que todos los días sale a su trabajo para poner al servicio de los demás, los dones y talentos recibidos de parte de Dios; la del católico que con el Ave María siente el cariño de la Virgen que le da confianza, para seguir trabajando por la igualdad de derechos.
Destacó que lo que da su auténtico valor al Ayate, no es el tiempo sino su Creador que ha querido dibujar la imagen de su Madre. Y lo que nos da valor como seres humanos, es “que seamos imagen y semejanza de Dios”, precio de la sangre de Cristo. Destacó que la “benevolencia de parte de Dios” al escoger nuestra Patria para enviar a su Madre, “nos compromete a seguir buscando mejores caminos para la fraternidad” y seguir ayudándole para la construcción de un mundo mejor donde viva el amor.
La oración de agradecimiento por los 25 años de caminar diocesano y por la compañía de María que ha recorrido este año la diócesis a través de su imagen peregrina, fueron las intenciones de la Diócesis Tarahumara durante la celebración por su peregrinación anual.
En su mensaje a los fieles, Mons. Juan Manuel González Sandoval, Obispo de la Diócesis Tarahumara, recordó que el Papa Francisco está pidiendo una Iglesia en salida y el ejemplo lo tenemos en nuestra Santísima Madre que ha salido a las casas, las calles, las montañas.
Por ello encomendó a la intercesión de la Virgen de Guadalupe, la puesta en práctica del Plan Diocesano…“Que la Santísima Virgen de Guadalupe nos lleve en su regazo, a fin de que imitándola nos sintamos cerca de Dios”, concluyó.




- Morelia, zona conflictiva, acude a la Virgen


Mons. Carlos Garfias, arzobispo de Morelia, expresó que con gran alegría y profunda esperanza se encontraron en esta Basílica de Santa María de Guadalupe -Patrona de México y de Latinoamérica- para manifestar su fe en el Dios único y verdadero, en el Dios Señor del cielo y de la tierra, en el Dios de Jesucristo cuya Santísima Madre es “también Nuestra Madre”.
Explicó que la Virgen de Guadalupe es una manifestación del rostro de la misericordia divina que ha llegado a “nuestra tierra” a través de su rostro amable, con palabras dulces de quien ha querido curar miserias, penas y dolores, por ello Ella ha sido y continúa siendo bálsamo para las heridas y aliento en “nuestro camino.
Aquí en el Tepeyac pidió a María de Guadalupe que con su presencia siga curando el dolor de sus hijos, “las heridas de estos hijos tuyas que han peregrinado de este pueblo”, además de que los ayude a impulsar los centros de escucha y a dar atención cuidadosa, esmerada, cariñosa a las víctimas de las violencias.
Hizo votos para llevarse, de esta visita a la Basílica, su mirada tierna, la palabra dulce de Santa María de Guadalupe, asimismo su mensaje reconciliador y fraternal para que sean “aliento en nuestra vida cristiana”. Además se comprometieron “a ser un pueblo que pide, busca, y construye la paz”.

sábado, 25 de agosto de 2018

- Gracias a la Virgen, seguimos adelante

El Arzobispo de Monterrey, Mons. Rogelio Cabrera, destacó que México es un pueblo que “siempre tiene esperanza” y que gracias a la Virgen de Guadalupe ha resistido las persecuciones, la pobreza y la violencia.
Con ocasión de la peregrinación de Monterrey a la Basílica de Guadalupe, el 12 de agosto, Mons. Cabrera aseguró que “el amor a la Virgen María, a la Virgen de Guadalupe, ha sido el sostén de nuestra patria”. “México ha sufrido mucho: persecuciones, pobreza, violencia. Pero gracias a que tenemos una mamá a quién recurrir, podemos soportarlo todo y seguir adelante”.
Y señaló que “México increíblemente es un pueblo que siempre espera. Y eso da lugar a que a veces algunos abusen de México, pero México siempre tiene esperanza”.
“Esto no es fortuito, no es una casualidad. El origen de la esperanza está aquí en el Tepeyac”, aseguró. Asimismo, destacó la alegría del pueblo que “se vuelca” para celebrar a la Virgen María.
“Es increíble la piedad popular”, dijo, y señaló que “a nosotros nos toca, como sacerdotes y como obispos, darle cauce a esta belleza del corazón mexicano”.

lunes, 6 de agosto de 2018

- María es la gran señal


Hoy reflexionemos sobre cómo el obispo de México le pidió al humilde indio Juan Diego una señal para creerle y, después de muchos afanes, la Virgen de Guadalupe le envió como señal las flores, que para los indígenas es una señal adecuadísima, pero cuando Juan Diego se las entrega, en ese momento se estampa en la tilma del indígena, de manera prodigiosa, la Imagen bellísima de Santa María de Guadalupe.
Cuando el obispo se puso de pie y desató del cuello de Juan Diego la tilma en la que se imprimió la Imagen de la Reina Celestial y la colocó en su oratorio. Santa María de Guadalupe le concedió la señal, era Ella misma, al aparecerse y estampar su Imagen prodigiosa en la humilde tilma de este indígena laico, la señal es María, quien armoniza al cosmos entero, quien armoniza al ser humano en esa piel morena que une a todas las razas, quien armoniza todo con ese Dios vivo y verdadero que viene en su Inmaculado vientre, uniendo en el amor a toda creatura con su Creador.
Ella era la gran señal, y ahora, la señal le pertenece al obispo, pues fue él quien la pidió, ahora es de él, ahora está en sus manos consagradas. Hay una transformación, ya que Ella, al plasmar su imagen en la tilma, se plasma en lo profundo de la identidad del ser humano y ahora esto mismo formaba parte de la señal que le pertenece al obispo, que representa a la cabeza de Iglesia que instituyó Jesucristo por medio de Pedro y sus sucesores. O como expresaban los indígenas al identificar al hombre sabio: “que era aquel dueño de la tinta roja y negra, dueño de los códices, dueño del símbolo de su escritura, de sus imágenes, donde estaba guardada y protegida la sabiduría y, con ello, el sabio podía guiar a su pueblo”.
Juan Diego pasó un día en la casa del obispo y, al día siguiente, éste le dijo: “«Anda, vamos a que muestres dónde es la voluntad de la Reina del Cielo que le erijan su templo»”. En qué punto de este universo quería la Virgen que se le edificara su “casita sagrada”, el hogar del Dios Omnipotente, el hogar del Dueño del cielo y de la tierra. Juan Diego le mostró los sitios en que había visto y hablado las cuatro veces con la Madre de Dios; y le muestra el lugar donde incluso María con sus venerables manos colocó las flores en su tilma, precisamente en el llano del Tepeyac, ahí donde Ella quería su “casita sagrada”, y. sin olvidar la intención que Ella tuvo al pedir su Casita Sagrada, para entregar a todas las gentes al verdaderísimo Dios por quien vivimos
Así, se logra el gran objetivo y misión de la Virgen María: que el obispo aprobara que se le erigiera esa “casita sagrada” en el lugar preciso donde Ella la quería, en el llano del Tepeyac, punto de la tierra, lugar humilde y exacto del universo, que con la presencia del Eterno, se vuelve sagrado, tierra santa; y poder estar tan cerca del Bendito Ayate de san Juan Diego, donde nuestro buen Creador nos mostró su infinito amor al hacer aquí el milagro maravilloso, que no hizo con ninguna otra nación, de plasmar la preciosa Imagen de la Virgen de Guadalupe, para gloria suya y salvación de todos nosotros sus hijos.

lunes, 23 de julio de 2018

- Gracias la Virgen que siempre nos acompaña


Xalapa llegó a la Casita Sagrada de Santa María de Guadalupe para venerarla y darle gracias por estar en las horas luminosas, oscuras y alegres de la Nación Mexicana.
El Arzobispo de Xalapa Hipólito Reyes celebró la Santa Eucaristía. En su homilía informó que este es el quinto templo construido para cumplir el deseo que Santa María de Guadalupe le expresó a Juan Diego: “Mucho deseo que me levanten mi Casita Sagrada”, para dar “su amor persona”, “su mirada compasiva, su auxilio y su salvación”.
Resaltó que La Virgen de Guadalupe ha estado siempre presente en la historia mexicana, en la fusión de las culturas indígena y española; en las luchas de la independencia, la Revolución Mexicana y de la cristiada; en las horas luminosas y oscuras, en las tristes y alegres de “nuestra Iglesia Católica y de Nuestra Nación Mexicana”.
Hizo del conocimiento de los feligreses que la fiesta de Santa María de Guadalupe es una de las más estimadas y celebradas en México y en todo el Continente Americano. Por otra parte, a propósito del Año de la Juventud decretado por el Papa Francisco, en su oración pidió al Señor que con el poder del Espíritu Santo e intercesión de María de Guadalupe considere siempre a los jóvenes en “nuestra Patria Mexicana como destinatarios y protagonistas de la Nueva Evangelización”.


- María en Guadalupe encarna a Cristo


“En el Acontecimiento Guadalupano encontramos un admirable ejemplo de diálogo y colaboración entre fe y cultura”. María participa de las afinidades de sus interlocutores, presenta su mensaje y se hace una con nosotros; otorga protagonismo a los demás, reconoce lo bueno y verdadero que hay en los pueblos originales; ilumina, sana y salva. Nos enseña que el amor debe concretarse en acciones de solidaridad y servicio, según el ejemplo de Jesús, el buen samaritano.
El Acontecimiento Guadalupano muestra la capacidad de María para encarnar a Cristo en una humanidad cultural concreta. Vemos en Ella una pedagogía encarnada, comprometida con la historia, abierta y transparente, viva y eficaz, salvadora; que integra pasado, presente y futuro, de manera integral e inclusiva, cercana y amorosa, pacífica y liberadora.
Además, María nos enseña a ser contemplativos para dar gracias a nuestro Padre Dios por las maravillas que ha realizado entre nosotros. Señaló Juan Navarro Castellanos, obispo de Tuxpan, en el encuentro anual de la diócesis con Santa María. El Obispo exhortó a peregrinos y pastores a contemplar a María, que enseña el arte y la espiritualidad del ‘Magnificat’, para glorificar a Dios porque “se ha fijado en María y en nosotros” y “nos regala el precioso don de la salvación”.
Nos ha concedido el don maravilloso de su amor en Santa María de Guadalupe, Madre amorosa, cercana y atenta. Consideró que desde el primer encuentro que sostuvo Santa María con Juan Diego quien “nos representa a todos los mexicanos”, le dio varias tareas, recordó la tarea evangelizadora y la guía de la Iglesia de México, llamada: Pedagogía Guadalupana para una evangelización inculturada, que resalta la pedagogía incluyente de la Santísima Virgen.
“En el Acontecimiento Guadalupano encontramos un admirable ejemplo de diálogo y colaboración entre fe y cultura”. María participa de las afinidades de sus interlocutores, presenta su mensaje y se hace una con nosotros; otorga protagonismo a los demás, reconoce lo bueno y verdadero que hay en los pueblos originales; ilumina, sana y salva. Nos enseña que el amor debe concretarse en acciones de solidaridad y servicio, según el ejemplo de Jesús, el buen samaritano, subrayó Mons. Navarro.
Peregrinos y pastores oraron para que para que la evangelización se inculture en actitudes y valores que hagan presente el Reino de Dios. También clamaron a la Providencia la bendición de la lluvia en las tierras de los campesinos. Al tiempo, expresaron su deseo de que este encuentro y la Palabra de Dios llegue a todo su ser y les convierta en discípulos receptivos y portadores de buenas noticias.

- La Virgen favoreció la reconciliación en México


Fieles de la Diócesis de Orizaba, tuvieron su encuentro anual en la Basílica de Guadalupe con la Reina de México y Emperatriz de América, a quien presentaron sus gozos, esperanzas e inquietudes, así como sus peticiones por la unidad y fraternidad entre ellos.
En su instrucción a los peregrinos, Francisco Eduardo Cervantes, Obispo de Orizaba abundó sobre la trascendencia del Acontecimiento Guadalupano e indicó que con Santa María de Guadalupe, se inició un proceso de evangelización que toca continuar a los discípulos-misioneros de hoy, además, su presencia favoreció la reconciliación entre los colonizadores y los pobladores naturales, haciendo una nueva identidad y nación que ha experimentado su protección en los momentos clave de la historia de México.
Indicó que desde el Tepeyac se entiende mejor porqué la Virgen de Guadalupe es la Reina de México, pues su presencia se siente muy cercana; desde aquí, con sus gestos y expresiones culturales, nos acerca a Ella para llevarnos al encuentro de Cristo y su Evangelio; camina con nosotros “y nos anima a vivir un renovado y permanente Pentecostés”.
Exhortó a depositar con confianza en las manos de María, las alegrías, penas y proyectos de la familia, el pueblo y las comunidades parroquiales, y a darle gracias por tantos beneficios alcanzados por su maternal intercesión. Instó a orar que les ilumine para enfrentar los retos que tienen en todos los ámbitos donde se desarrollan, atendiendo a los sectores más necesitados y buscando el mayor bien posible, tomados de su mano.

- Dios interviene en México: Santa Maria de Guadalupe


 1531: Dios mismo interviene por medio de su Madre, Santa María de Guadalupe.
Poco después de la llamada Conquista de México, en 1521, y los dramáticos siguientes años de una nueva estructura a todo nivel para estas nuevas tierras; llegaron los primeros misioneros para la evangelización en este nuevo mundo; pero las cosas no iban a ser nada fáciles en esta titánica misión, especialmente, con la tremenda depresión que vivieron los indígenas y con el anti-testimonio de los que se decían católicos.
Ciertamente, los primeros misioneros, tanto franciscanos como dominicos y el primer obispo de México, Fray Juan Zumárraga, realizaron una labor admirable; fueron defensores de los indígenas y denunciadores de injusticias; trataron de evangelizar a los nativos bajo los principios de un catolicismo del siglo XVI. Muchos de los indios fueron convertidos gracias a los frailes, su testimonio y su gran esfuerzo iba dando fruto, la catequesis y la instrucción se fue dando poco a poco. Recordemos que san Juan Diego fue convertido a la fe católica gracias a ellos.
No hay duda de que los primeros misioneros constituyeron una de las piezas claves para la evangelización de esta bendita tierra; pero el trabajo se presentaba inmenso y, en mucho, fuera de su control; no sólo de frente a la evangelización de los indígenas sino, como decíamos, ante la conversión de sus mismos paisanos; la población indígena estaba traumada por la Conquista, diezmada por la terrible enfermedad, había confirmado por sus propios ojos que los astros seguían sus ciclos sin necesidad de los corazones ni del líquido precioso de la sangre que se vertía para darles vida, no había necesidad de sacrificar a sus hijos a las antiguas deidades, los astros continuaban su ciclo, o ¿cuánto más iban a durar? Los misioneros les decían que todas sus creencias eran del diablo; Satanás había capturado las almas de sus antepasados con sus infinitas mentiras; habían sido burdamente engañados.
Por otro lado, algunos españoles, especialmente los que sustentaban el poder civil de la Primera Audiencia, que se decían católicos y que, sin embargo, se afanaban al adorar a su dios oro, que había llevado a este imperio a una terrible destrucción y su esclavitud, españoles que ante su sed de poder y poseer no dudaron en ir en contra, incluso, de su obispo a quien habían afrentado e intentado asesinar… ¿Cómo poder hablar del amor del verdadero Dios, de su Iglesia, donde de manera más clara se manifiesta este amor para con todos que somos hermanos, especialmente por medio del Evangelio, de los Sacramentos, del Magisterio y de tantos y tantos dones, para merecer la vida eterna?
Ante todo, evangelizar este contexto histórico, simplemente, era imposible para los hombres, pero, no para Dios. Por ello es muy justo lo que decía el obispo de México, fray Juan de Zumárraga: “si Dios no provee con remedio de su mano está la tierra en punto de perderse totalmente.” La total oscuridad se cernía en el Anáhuac.
Ante el clamor del obispo fray Juan de Zumárraga en ese año de 1529: “si Dios no provee con remedio de su mano está la tierra en punto de perderse totalmente”, Dios interviene por medio de lo más amado para Él, su propia Madre. Ella, la primera discípula y misionera del Amor de Dios, es la Estrella de la Evangelización, la Estrella de la Esperanza.
Si bien, una aparición escapa a la razón y trasciende la historia; no se puede negar su repercusión, por lo que se pueden estudiar los rastros, los signos y los elementos, que haya dejado y con los cuales haya marcado la historia.
Actualmente, se conservan muchos documentos históricos desde el siglo XVI en los que se manifiesta ese momento maravilloso de la intervención divina; un Dios que toma la iniciativa de entregarse con el ser humano por medio de Su Madre, Santa María de Guadalupe, quien ha elegido a un indígena macehual, humilde y sencillo, con un alma transparente y candorosa, Juan Diego Cuauhtlatoatzin.
Hermano devoto de la Virgen de Guadalupe: “Dios insiste en amarte, con todo su corazón, con lo más amado y precioso, su Madre Santísima de Guadalupe y sigue insistiendo en encontrarse contigo, de corazón a corazón; ciertamente habrán muchos obstáculos que otros nos impongan o que nosotros mismos nos imponemos; pero, a pesar de todo, Él insiste en amarte, amarte con todo su corazón en la tierra bendita de tu ser”.

lunes, 26 de febrero de 2018

- de Toluca acuden más de 70.000 peregrinos


19 de febrero ante los miles de fieles que durante estos días peregrinan al Santuario de la Virgen de Guadalupe en Ciudad de México. Mons. Martínez explicó que los peregrinos que parten de Toluca son unos 40 mil y que otros 30 mil se irán sumando en el camino.Tras afirmar que caminar para ir a encontrarse con la Virgen de Guadalupe es como cuando un hijo que trabaja fuera, va a casa a visitar a su mamá.
“Durante el camino tenemos que sentirnos como una verdadera familia, como hijos de Dios que luchan por vivir en comunión a través de la oración, el canto de alabanzas y ayudándose los unos a los otros”, destacó el Prelado mexicano.
En el marco del Año de la Juventud de la Iglesia en México, el Obispo de Toluca, consagró a todos los jóvenes de esta Iglesia Particular, a Santa María de Guadalupe, e hizo un llamado a toda la comunidad diocesana para que con la fuerza del Evangelio, eviten que continúen perdiéndose tantas vidas de jóvenes, víctimas de la violencia o “de aquellos que tendrán siempre las manos manchadas de sangre, aunque tengan dinero miserable y la conciencia adormecida”.
El Obispo pidió la intercesión de Santa María para que los jóvenes encuentren en Jesucristo la esperanza y les impulse a colaborar en la construcción de una nueva nación y de una Iglesia renovada. También pidió a los presbíteros, a los miembros de la vida consagrada y a los agentes de la pastoral de adolescentes y jóvenes, que dediquen capacidades y recursos para ofrecer un camino pastoral atrayente que lleve a los jóvenes al encuentro con Cristo.
Exhortó a toda la comunidad a asumir el desafío que el narcotráfico representa para la juventud y para nuestra sociedad, comprendida la Iglesia, y contribuir con un serio y cualificado Plan Pastoral de los decanatos y de las parroquias, a la reconstrucción del tejido social, comenzando por la familia, las periferias humanas, e involucrando a la comunidad parroquial, las escuelas y las instituciones civiles. 
Después de pernoctar en el Santuario, este jueves los peregrinos de la Diócesis de Toluca participaron de la Celebración Eucarística, con sus pastores, Mons. Maximino Martínez Miranda, obispo auxiliar y Mons. Felipe Arizmendi, quien luego de su jubilación regresó a su diócesis de origen para atender en Confesión y asesoría espiritual.
En su mensaje a pastores y feligreses el Obispo llamó a los jóvenes a hacerse conscientes de la riqueza que representan para nuestra Patria y la Iglesia, pero advirtió que esta riqueza debe ser transformada en esperanza con el trabajo. Les dijo que es necesario que descubran el valor que tienen como personas, que su vida, sus manos, su historia, valen la pena, pues la esperanza nace cuando “podemos experimentar que no todo está perdido”. 
En ese sentido advirtió a los jóvenes sobre las múltiples amenazas a la esperanza: cuando les hacen sentir que no importan a nadie; o que sólo tienen valor si poseen dinero; o por la falta de oportunidades de estudio y trabajo bien remunerado; las organizaciones criminales que utilizan a los jóvenes “para fines mezquinos”, y cuando los jóvenes “pierden el encanto de caminar juntos, de soñar juntos”.
Aludiendo al Papa les pidió no soltarse de la mano de Jesús porque con Cristo es posible creer que la vida vale la pena. “No se dejen excluir, devaluar o tratar como mercancía (…) Cristo que les da la esperanza nunca los invitaría a ser sicarios –mercenarios de ambiciones ajenas–, nunca les mandaría a la muerte. Él los llama amigos y lo que ofrece es vida; una vida en familia, en comunidad, a favor de la sociedad. Nunca dejen la familia, pues, es la base de la construcción de una gran nación”, les dijo.



- La Virgen de Guadalupe y la liberación de Alepo (Siria)



¿Qué tiene que ver la Virgen de Guadalupe con la liberación de Alepo en Siria?
Una religiosa del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) compartió un conmovedor testimonio de cómo intercedió la Virgen de Guadalupe para la liberación de la ciudad de Alepo en Siria, que hasta diciembre de 2016 estuvo bajo el control de los terroristas. En un video publicado en la página de Facebook del IVE, la hermana María Guadalupe aparece en la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México y dice: “Vengo aquí representando a todo el pueblo sirio para darle gracias a la Virgen”.
“Hace quizás un año y medio atrás un grupo de mexicanos me entregaron la copia de la imagen original de la Virgen de Guadalupe para que la lleváramos a Siria. Uno de los mexicanos que me la dio me dijo que la Virgen de Guadalupe tiene que estar allá porque ella será la que protegerá y librará a sus hijos”, contó la religiosa.
La hermana Guadalupe indicó que esta imagen llegó con algunas complicaciones a la ciudad de Alepo en noviembre de 2016. Esta urbe es una de las más castigadas por la guerra civil que asola el país hace seis años y sus habitantes sufren por la carencia de agua, electricidad, comida y vivienda.
Un mes después de la llegada de la imagen, Alepo fue liberada del control de grupos de rebeldes y yihadistas como el Frente Islámico, el Frente Al Nusra y el Ejército Libre Sirio. “El día de la liberación de la ciudad fue el 12 de diciembre”, indicó la religiosa. En ese día la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Virgen de Guadalupe. “Fue claramente la Virgen que mostró que ella también es la madre del pueblo sirio”, prosiguió. “Fue un milagro de la Virgen de Guadalupe y por eso me encuentro aquí (en la basílica en México) para agradecerle a ella y poniéndole a sus pies a todos los nazarenos, a todo el pueblo sirio. Ella les dice a cada uno, como le dijo a San Juan Diego, ¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”, concluyó la religiosa.
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